Después de los terribles acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 resulta más necesario que nunca averiguar qué fuerzas impulsan a Osama Bin Laden y a su organización terrorista internacional. La periodista Elaine Landau, tras una dilatada investigación, ha elaborado un completo retrato del que, según todos los indicios, constituye el cerebro del acto terrorista que ha sacudido los cimientos del mundo occiden tal. Se exponen en esta obra sus privilegiados orígenes, que le permitieron llevar una vida poco acorde con la ortodoxia musulmana en su primera juventud, su arrepentimiento y posterior participación en el conflicto afgano-soviético como muyahidin, y de qué forma, a partir de es te momento, utilizará con habilidad su cuantioso patrimonio y su expe riencia bélica para establecer una red internacional de apoyo a una re volución islámica. Al mismo tiempo que su figura iba adquiriendo tin tes heroicos para algunos sectores de los países musulmanes, se ibal convirtiendo en una amenaza para muchos gobiernos, tanto occiden tales como de naciones islámicas, y se ponía precio a su cabeza. Los intentos por anularle no han logrado impedir que se convirtiera en el líder máximo de una guerra santa contra estadounidenses y judíos, en un hombre que ya en 1998 lanzó esta advertencia: "¡La batalla todavía no ha empezado!"
Después de los terribles acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 resulta más necesario que nunca averiguar qué fuerzas impulsan a Osama Bin Laden y a su organización terrorista internacional. La periodista Elaine Landau, tras una dilatada investigación, ha elaborado un completo retrato del que, según todos los indicios, constituye el cerebro del acto terrorista que ha sacudido los cimientos del mundo occiden tal. Se exponen en esta obra sus privilegiados orígenes, que le permitieron llevar una vida poco acorde con la ortodoxia musulmana en su primera juventud, su arrepentimiento y posterior participación en el conflicto afgano-soviético como muyahidin, y de qué forma, a partir de es te momento, utilizará con habilidad su cuantioso patrimonio y su expe riencia bélica para establecer una red internacional de apoyo a una re volución islámica. Al mismo tiempo que su figura iba adquiriendo tin tes heroicos para algunos sectores de los países musulmanes, se ibal convirtiendo en una amenaza para muchos gobiernos, tanto occiden tales como de naciones islámicas, y se ponía precio a su cabeza. Los intentos por anularle no han logrado impedir que se convirtiera en el líder máximo de una guerra santa contra estadounidenses y judíos, en un hombre que ya en 1998 lanzó esta advertencia: "¡La batalla todavía no ha empezado!"