Sobran en la Argentina los dedos de una mano para contar mujeres humoristas. Y, en su estilo; la Wargon es única. Tan única que, al leerla, las mujeres gozarán con la descripción precisa y cruda de su propio universo cotidiano (o el de su vecina), y ellos, defendiendo tímidamente un cuestionable bastión intelectual, probablemente digan que escribe tan bien como un hombre
Sobran en la Argentina los dedos de una mano para contar mujeres humoristas. Y, en su estilo; la Wargon es única. Tan única que, al leerla, las mujeres gozarán con la descripción precisa y cruda de su propio universo cotidiano (o el de su vecina), y ellos, defendiendo tímidamente un cuestionable bastión intelectual, probablemente digan que escribe tan bien como un hombre